Los ejercicios de Kegel

 


Los ejercicios de Kegel

           

            Son una serie de contracciones y relajaciones del músculo pubocoxígeo (también conocido como músculo PC), que se encuentra en la pelvis. Estos ejercicios son beneficiosos tanto para hombres como para mujeres y pueden mejorar la salud y el funcionamiento del suelo pélvico. Aquí tienes algunos de los beneficios más destacados:


Fortalecimiento del suelo pélvico: 

Los ejercicios de Kegel ayudan a fortalecer los músculos del suelo pélvico, lo que puede prevenir o tratar problemas como la incontinencia urinaria o fecal.

Mejora de la función sexual: 

Un suelo pélvico fuerte puede aumentar el placer sexual tanto para hombres como para mujeres. En los hombres, puede ayudar a combatir la disfunción eréctil, mientras que en las mujeres puede aumentar la sensibilidad vaginal y facilitar el orgasmo.

Apoyo durante el embarazo y el parto:

 Fortalecer el suelo pélvico durante el embarazo puede ayudar a prevenir la incontinencia urinaria y facilitar el parto.

Recuperación postparto: 

Después del parto, los ejercicios de Kegel pueden ayudar a tonificar y fortalecer los músculos del suelo pélvico, lo que puede acelerar la recuperación y prevenir problemas como la incontinencia.

Prevención de prolapsos: 

Un suelo pélvico débil puede aumentar el riesgo de prolapso de órganos pélvicos, donde los órganos como la vejiga, el útero o el recto se desplazan de su posición normal. Los ejercicios de Kegel pueden ayudar a prevenir esta condición.

Mejora de la postura y el soporte de órganos: 

Un suelo pélvico fuerte proporciona soporte para los órganos pélvicos y ayuda a mantener una postura saludable.


Aquí tienes una guía paso a paso para realizar los ejercicios de Kegel:


Encuentra los músculos correctos: 

Para identificar los músculos del suelo pélvico, intenta detener el flujo de orina mientras estás orinando. Los músculos que usas para hacer esto son los músculos que quieres trabajar con los ejercicios de Kegel. Sin embargo, no debes hacer esto como un ejercicio regular, ya que puede debilitar los músculos con el tiempo y causar problemas urinarios.

Prepárate: 

Encuentra un lugar tranquilo donde puedas relajarte. Puedes realizar estos ejercicios acostado, sentado o de pie, lo que te resulte más cómodo.

Ejercicios de contracción:

 Contrae los músculos del suelo pélvico como si estuvieras tratando de detener el flujo de orina. Mantén la contracción durante 3-5 segundos, luego relaja durante otros 3-5 segundos.

Controla la respiración: 

Durante los ejercicios, mantén una respiración regular. No contengas la respiración mientras contraes los músculos.

Repetición: 

Comienza con 10 repeticiones de contracciones, tres veces al día. Con el tiempo, puedes aumentar el número de repeticiones y la duración de las contracciones a medida que fortaleces los músculos.

Mantén la consistencia: 

Para ver resultados, es importante ser consistente con tus ejercicios. Intenta hacerlos a diario para obtener los mejores resultados.

Recuerda que es importante no sobreexigirte. Si sientes dolor o molestias al realizar los ejercicios, es posible que estés haciendo demasiada tensión. En ese caso, relaja los músculos y vuelve a intentarlo con menos intensidad. Si tienes alguna preocupación o problema de salud específico, siempre es recomendable consultar con un médico o fisioterapeuta antes de comenzar cualquier nuevo régimen de ejercicios.


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